Cómo limpiar oro
Uno de los grandes problemas que se presenta en nuestras colecciones de joyería tiene que ver con la conservación de estas. Los productos a base de metales, y en especial aquellos compuestos por oro, comienzan a desgastarse con el tiempo y se vuelve imperante tomar algunas medidas que permitan su restauración.
Lo primero que nos viene a la mente es acudir con un joyero y solicitarle ayuda profesional. En Joyería MDM somos expertos en la temática y nuestra recomendación es que te lo tomes con calma y revises algunas alternativas previas a dicha consulta. Esto se debe a que en ocasiones las manchas son superficiales y pueden ser removidas de manera casera y sin poner en riesgo la integridad de los productos.
Son muchos los factores que pueden terminar opacando o restándole intensidad a la belleza de nuestras joyas de oro. Sin ir más lejos, el mismo pH de las personas es un elemento nocivo para la conservación de estas, por lo que no debemos alarmarnos ante el deterioro natural de nuestras preciadas colecciones.
De todas maneras, resulta bastante diferente la opacidad de las joyas con respecto a la suciedad que puedan presentar. Es importante tener esto claro, puesto que el primer caso muy probablemente necesitará de la ayuda de un profesional, mientras que el segundo puede solucionarse con unos pequeños trucos caseros.
A continuación te dejamos algunas recomendaciones para que puedas mantener tus joyas limpias y aumentar de forma considerable su durabilidad.
Amoniaco
El amoniaco es una sustancia química bastante fuerte, por lo que se recomienda tener cuidado en su manipulación. Es por su acción corrosiva que no podemos sumergir nuestras joyas directamente en él, sino que debemos crear una mezcla con agua que reduzca la potencia de su composición.
Las medidas recomendadas son una medida de amoniaco por cada seis medidas de agua. Realizaremos esta mezcla en un recipiente pequeño y removeremos hasta lograr total homogeneidad en el contenido. Una vez hayamos logrado esto, podremos sumergir nuestras joyas de oro por un período no superior a un minuto.
Para una buena ejecución de esta tarea te proponemos utilizar un colador metálico que te permita sumergir y retirar con mayor facilidad los productos. Al momento de sacar las joyas de la mezcla es importante enjuagar con abundante agua, secarlos con un paño abrillantador y dejarlas sobre una toalla hasta que estén completamente secas.
Pasta Dental
A diferencia del amoniaco, la pasta dental es un elemento que encontramos en cualquier hogar sin mayores inconvenientes. Los químicos que componen este tipo de productos higiénicos tienen la intensidad suficiente para erradicar los agentes externos y para evitar dañar el esmalte de nuestros dientes.
Es por esto que en algunos casos se recomiendan para efectuar este tipo de limpiezas sobre joyas de oro, aunque siempre debemos tomar pequeñas precauciones. En este caso, el único cuidado que debemos tener es enjuagar bien el oro después de la limpieza y evitar que queden restos de químicos sobre su superficie.
El método para este procedimiento es muy similar al de la higiene dental. Verter un poco de pasta sobre un cepillo, humedecer y frotar fuertemente hasta eliminar los rastros de suciedad.
Lavavajillas
Otro ingrediente que podemos encontrar en nuestra casa y que no requiere de inversión alguna. Deberemos verter un par de gotas de detergente en un recipiente con agua tibia y mezclar de manera suave. Cuando tengamos lista la mezcla procederemos a incorporar las joyas de oro y las dejaremos reposar durante unos quince minutos.
En caso de que la suciedad se encuentre demasiado pegada a nuestras joyas será necesario ayudarnos de un cepillo y frotar hasta remover la suciedad. Una vez haya transcurrido el tiempo establecido, será momento de enjuagar el oro con agua tibia y secar cuidadosamente.
Agua Hirviendo
Este es uno de los puntos más delicados entre los métodos para limpiar el oro, puesto que el agua hirviendo no es recomendable para aquellas joyas que tengan piedras preciosas en su composición. Es por esto que deberemos prestar especial atención a su estructura y a las posibles incrustaciones que pueda tener.
En caso de que no existan diamantes ni gemas, podremos hervir el oro sin mayores inconvenientes. Para esto llevaremos el agua hasta su punto de ebullición y la verteremos en un recipiente con las joyas a limpiar. Lo siguiente será esperar hasta que el agua se enfríe y retirar manualmente las piezas de oro.
Es importante tener cuidado con la manipulación del agua caliente, puesto que esta podría causar quemaduras sobre la piel.
Joyas con gemas
Como bien señalamos anteriormente, aquellas joyas de oro que presenten piedras o gemas pueden estar propensas a daños irreversibles. Es por esto que existe un método especialmente pensado para estos casos, y consiste en limpiarlas con una mezcla de agua y jabón.
El mecanismo es sencillo: solo deberás humedecer un trapo con la mezcla previamente señalada y limpiar manualmente tus joyas, evitando utilizar agua muy caliente que pueda debilitar el efecto del pegamento que mantiene las gemas.
Si ninguno de estas fórmulas te resulta útil, puede ser que la suciedad se encuentre demasiado impregnada y que tus joyas necesiten una revisión profesional. En estos casos puedes acudir con nuestros expertos joyeros, quienes evaluarán y corregirán cualquier tipo de problema en tus productos de oro.