Las perlas se popularizaron durante la época del Imperio Romano, a partir del siglo I A.C siendo un símbolo de elegancia, lujo y ostentación entre las clases sociales más altas de la antigua Roma.
El uso de collares, anillos, pendientes y pulseras con perlas significaban una expresión de elitismo y diferencia social. La dificultad en conseguir perlas hacía que su valor se incrementase, ya que prácticamente era una profesión de riesgo sumergirse en los fondos marinos, con pesos atados a los pies para llegar a la máxima profundidad y alcanzar las ostras desde sus camas.
Y es que en realidad tanto esfuerzo es recompensado porque las perlas conceden un look único a la mujer, tanto si las luce solas como en combinación con diamantes u otras piedras preciosas.
En el año 2018 en el sector textil se apreció una mayor presencia de perlas “falsas” en decoraciones de blusas, pantalones, zapatos y chaquetas.
Comenzaba un aumento de la presencia de “perlas” en el mercado y un ligero retorno a la tradición.
En 2019 las ferias organizadas por las grandes firmas de ropa de lujo concedieron a las perlas un papel preponderante como artículo de joyería perfecto, para acompañar a las prendas más elegantes y sofisticadas.
¡Qué mejor momento que una boda para lucir unas perlas!
Cuando valoramos comprar los pendientes de novia, nos encontramos con el obstáculo de afrontar la tendencia actual al minimalismo en la joyería cotidiana. En nuestro día a día vestimos joyas que nos resulten cómodas y luzcan con discreción y elegancia.
Estos patrones chocan frontalmente cuando vemos las opciones de compra para los pendientes de novia, pues éstos implican siempre un pendiente de un tamaño superior y con un diseño mucho más elaborado y artesanal. Pero un evento tan especial como es una boda, requiere acciones especiales y distintas que impliquen cambios en nuestras decisiones de compra.
No debemos olvidar que los pendientes de novia son muy importantes porque además de formar parte de nuestro patrimonio familiar, es uno de los pocos artículos de tu boda que pasada la celebración matrimonial seguirás disfrutando en futuros acontecimientos.
De aquí vemos la importancia de comprar pendientes de novia en materiales nobles como el oro o el platino que no sufren desgaste y con diseños atemporales que incorporen gemas de valor perpetuo como las perlas y los diamantes.
Conviene indicar que las perlas son gemas muy valiosas y a su vez muy delicadas. Hemos fabricado algunos pendientes de novia con la perla desmontable, tratando de conseguir unos pendientes prácticos para el día a día y dar longevidad a nuestra perla separándola del pendiente cada vez que queramos.
PENDIENTES DE NOVIA ORO BLANCO CON DIAMANTES Y PERLAS DESMONTABLES
PENDIENTES ORO BLANCO DIAMANTES Y PERLAS
PENDIENTES ORO BLANCO CON PERLAS Y DIAMANTES
Saber cómo tratar y cuidar las perlas es fundamental para que estén siempre perfectas. Aquí os indicamos algunas sugerencias:
CUIDADO DE LAS PERLAS
- Las joyas con perlas son las primeras que debemos quitarnos al llegar a casa y las últimas en colocarnos al salir de ella.
- Perfume, alcohol, maquillaje y lacas de pelo son muy perjudiciales para las perlas. nunca usar con las perlas puestas.
- Los productos químicos presentes en los jabones y los champus deterioran a las perlas. no debemos ducharnos con ellas.
- Si se desea limpiar en casa las perlas de suciedad acumulada conviene utilizar jabon ph7 (muy parecido al agua) con un paño o gamuza muy suave.
- El agua de mar es beneficiosa para la perla en sí pero no siempre lo son para el enfilado del collar o las monturas donde están ubicadas. la mejor opción es tomar un poco de agua de mar y con una gamuza suave humedecer las perlas únicamente.
- Si las perlas no se usan durante mucho tiempo se irán apagando. una vez al año conviene humedecerlas con agua a temperatura ambiente.
- Conviene guardar las perlas en un lugar a parte del resto de nuestras joyas, para evitar choques con ellas que puedan dañar las capas de nácar natural.
- No guardar las perlas en un estuche estanco y seco. guardarlas siempre en un paño o gamuza de algodón. las perlas requieren respirar y no estar sometidas a un ambiente cálido y seco.